La peluquería canina desde dentro

La peluquería canina desde dentro

Hace unas semanas os informamos que íbamos a acudir a una reunión con la Comunidad Madrid para hablar sobre la situación actual de la profesión, a nivel de formación y empleo. Aquí podéis ver un resumen: La verdad sobre la peluquería canina.

Nuestra presencia era de gran importancia porque necesitamos que esta profesión se regule YA.

Cuando uno decide ser peluquero canino empieza su búsqueda para formarse. Lo que encuentra son muchas escuelas multicursos que ofrecen el título en peluquero canino a cambio de 1500 €, con un montón de horas teóricas y 30 horas prácticas en clínicas o peluquerías concertadas. Otros cursos son a distancia completamente online y sin prácticas. Les dan el título de peluquero canino y se ponen a trabajar. Pero ¿cómo tienen tan pocos escrúpulos de engañar a la gente de esa manera? No se puede aprender a conducir leyendo un libro, pues la peluquería canina igual.

Algunos se dan cuenta de que ser peluquero canino no es nada fácil y que necesitas MUCHAS horas prácticas para trabajar con soltura. Por lo que vuelven a gastarse otros 1500 € en un curso más decente en una peluquería canina donde enseñan de verdad la profesión.
Otros simplemente se creen capacitados para ejercer y de hecho lo hacen.

Una vez que tenemos el título, comienza nuestra búsqueda de empleo. Apenas hay trabajo, y lo poco que sale es en clínicas veterinarias sin contrato, por lo que necesitas hacerte autónomo. Algunas clínicas incluso no quieren autónomos porque no quieren declarar la peluquería.

Aceptas el trabajo sea como sea, hay que comer, pero sólo hay trabajo para uno o dos días a la semana en esa clínica, donde el servicio ronda los 20 € el corte, de los cuales tú como peluquero te llevas el 50 ó 60% en el mejor de los casos, aunque pongas tú tu propio material. Por eso te ponen 9 perros diarios, para que te salga rentable el día de trabajo.

Normalmente los sitios donde cobran precios tan tan baratos, suelen dar un servicio lamentable. Se necesitan hacer muchos perros en muy poco tiempo y el acabado o no es como debería ser, o simplemente no dedican tiempo al perro y sólo se dedican a esquilar como si de ovejas se tratara.

Echando cuentas, un día de trabajo saldría por 8 € brutos la hora, que si quitamos el iva y el irpf se quedan en 5,12 € la hora. Habría que quitar la parte proporcional de los autónomos y los gastos de material. Realmente se trabajaría por menos de 4 € la hora.

Vaya, ser autónomo no sale rentable, prefieres entonces seguir en negro hasta que salga alguna clínica más.

Y así constantemente.

Al final consigues tener un número de clínicas donde trabajar y decides darte de alta en autónomos, entonces llega otro obstáculo: IAE. La peluquería canina no existe no sólo como una profesión con estudios reglados y homologados por la UE, sino que en Hacienda nos meten en el epígrafe empresarial sin beneficio alguno 979.4 (Adiestradores y otros cuidados de animales) o en epígrafe profesieonal con bonificación en el IRPF durante dos años, el 899 (otros). En uno las facturas se emiten sin IRPF desglosado y en el otro se emiten con el IRPF desglosado. Todo esto lo aprendes a base de palos por parte de la administración, porque con lo poco que ganas no puedes contratar una gestoría…

En la mayoría de las clínicas veterinarias los peluqueros caninos no tienen voz ni voto, no se les permite ejercer su trabajo dignamente, porque no se nos valora, sólo piensan que somos los que «pelamos a los perros» y los veterinarios de esas clínicas se atreven a meterse en nuestro trabajo, a decir lo que tenemos que cobrar, cómo tenemos que hacer un trabajo, etc.

Trabajamos con animales, que son impredecibles, les cortamos el pelo de TODO el cuerpo, nos arriesgamos a que nos muerdan, a que les cortemos porque no se están quietos, aguantamos que vengan en condiciones de abandono doméstico, etc.

Esta profesión no es fácil, hay que saber muchas técnicas, conocer los arreglos de todos los perros, tener conocimientos básicos de etología para comprender a los animales y comunicarte con ellos, saber qué productos utilizar porque tenga un problema de piel, es una profesión con mucho desgaste físico debido a que no sólo estamos de pie, sino que tenemos que agarrar con fuerza a los perros que se mueven para no cortarles, cargar con ellos en brazos, bloquearles con nuestro cuerpo si se quieren tirar de la mesa… y mucho desgaste psíquico. Se necesita mucha paciencia para tratar con un animal nervioso, agresivo… Y aquí los conocimientos de etología son muy importantes.

Para secar a los perros nos ponemos cascos de obra para no quedarnos sordos, en ocasiones con perros de mucha muda nos tenemos que poner gafas, gorro y mascarilla además de los cascos, para secarles, porque se nos pueden clavar los pelos en un ojo o simplemente respirarlos.

Después de un día de 6 perros acabamos agotados de la espalda, riñones, manos, brazos… Después de 6 perros no podemos garantizar un buen servicio, porque estamos realmente agotados. Esta profesión es artesana, y si se está agotado físicamente, el resultado no es el que debería ser. Tardamos más en hacer al perro y lo dejamos peor. Somos humanos, no máquinas de cortar el pelo.

Y todo esto lo cuento porque si no se nos valora, nos obligan a cobrar precios de 20 € en las clínicas. El servicio ofrecido es el que físicamente puede el peluquero o muchas veces, por falta de formación, el trabajo realizado no es profesional y es acorde con el precio. Los peluqueros PROFESIONALES cobran precios más altos y se quedarían sin trabajo, aunque sus trabajos son infinitamente mejores que aquel que sólo afeita, baña, seca en jaula y a correr.
Por eso las peluquerías caninas no suelen ofrecer ningún puesto de trabajo, porque si como autónomo trabajas por 4 € la hora, como empresario habría que quitar la parte proporcional de alquiler, luz, agua, teléfono…

Cortar el pelo a los perros no es coger la máquina y ya está, hay que saber a qué perros se les puede cortar, cómo, longitud, y saber el porqué. Además hay que saber manejar al perro, reunir unas condiciones mínimas de seguridad y salubridad, y en la foto que muestro a continuación, no se reúne ninguna de ellas.

 

Las dimensiones eran poco más del ancho de la bañera y poco más del ancho de la apertura de la puerta, sin ventilación, sin espacio para dejar el material, encimera fija de madera (por lo tanto no regulable a la altura del peluquero), perro sujeto de forma insegura porque por su tamaño las argollas no le sirven, por lo que se tumba todo el rato y levantar constantemente con nuestros brazos a perros de 30 Kg durante una hora y media o dos horas, es agotador. En espacios así es muy fácil sufrir una lipotimia sobretodo en verano.

En resumen, la falta de regulación provoca formación incompleta o totalmente no válida, falta de profesionalidad, trabajo precario, economía sumergida, guerras de precios debido a la oferta de un servicio NO PROFESIONAL y de BAJA CALIDAD, y al final de la cadena, los más perjudicados son los perros, porque poner a tu perro en manos de un NO profesional puede tener graves consecuencias. Ver más aquí: ¿Está mi perro en buenas manos?

Espero que después de leer este artículo se tome más conciencia sobre nosotros, se nos valore más y lo más importante, consigamos regular nuestra situación y se acabe con el intrusismo que tanto daño hace a todas las profesiones.
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